
Es un premio para ellos, porque lograron doblarle la mano a la ANFP, consiguiendo que les rebajaran el castigo de 20 partidos de selección a sólo la mitad, y de paso evitándose así el trámite de la apelación. O sea, cumplidas 10 encuentros (hasta ahora van sólo 6 juegos) tanto Reinaldo Navia, Jorge Vargas, Rodrigo Tello, Pablo Contreras, Alvaro Ormeño y Jorge Valdivia, estarán a total disposición del entrenador nacional Marcelo Bielsa para que sean nominados a la Selección.
Pero la gran pregunta que ronda en mundo futbolístico chileno, es cuál de ellos tiene reales posibilidades de entrar dentro del esquema de Bielsa.
A mi parecer, el único jugador que tiene opciones de estar presente en las próximas designaciones de la Roja de todos, es Jorge Valdivia, debido al correcto y sobresaliente nivel que ha logrado en su equipo, el Palmeiras, y en la competencia brasileña, donde recientemente fue galardonado como el mejor volante de enlace por la prensa carioca.
Este tema no es muy fácil de analizar, ya que no sólo se reduce al ámbito futbolístico de Valdivia, sino que también a lo relacionado con su complicada y fuerte personalidad. Pero mi opinión la basaré en el aspecto relacionado con el balón, porque con eso se juega al fútbol.
El punto de partida, claro, es obvio: Valdivia debe tener un lugar en la Roja porque es de lo mejor que tiene el fútbol chileno. No sólo eso: pese a que ha estado ausente en todo el proceso actual, su andar futbolístico en Brasil impone que de inmediato debería estar en la oncena titular.
Pero se estará ante la disyuntiva de si sus altas condiciones sirven para el esquema general que trata de imponerle Bielsa a la Roja. O al revés: si el dibujo resiste las particularidades del ex mediocampista de Colo Colo.
Hasta ahí, lo lógico. Pero resulta que hay varios factores futbolísticos que por ahora no permiten ser tan certeros en torno a la posibilidad real de que un Valdivia libre de castigos se integre naturalmente al equipo titular de Bielsa.
De partida, el entrenador argentino, ante la opción, tendría que tomar uno de tres caminos: la inclusión de Valdivia en lugar de otro jugador actualmente titular en su puesto (Matías Fernández), intentar que el jugador de Palmeiras o el de Villarreal asuma otra función en el esquema para que jueguen ambos, o definitivamente, cambiar el diagramado táctico total para que tanto Valdivia como Fernández expresen sus talentos.
Las dos primeras posibilidades parecen ser, de acuerdo a lo observado hasta hoy, las más atribuibles a la personalidad del entrenador nacional a juzgar por sus determinaciones en torno al caso Carlos Villanueva.
El de Audax derechamente en un principio fue tasado con Fernández y luego -obligado por una segunda reflexión de Bielsa- a asumir funciones distintas a las que naturalmente debería estar asignado.
¿Significa eso, entonces, que la probable pugna Valdivia-Fernández se resolverá en esos términos?
No necesariamente. Y por una razón: contrariamente a lo lógico que se ha hecho de Marcelo Bielsa como entrenador (un dogmático obsesivo), el DT argentino ha dado claras muestras en su experiencia chilena de ser más flexible y pragmático de lo que fue dirigiendo a Argentina.
Bielsa se ha dado cuenta de que por estos lados no existe la gran oferta que tenía en su país (jugador-función) y, poco a poco, sin siquiera reconocerlo públicamente, ha dado pasos que sugieren que definitivamente terminará optando por los individuos por sobre los esquemas.
Valdivia y Fernández, además, ya tienen una historia común en conjunto. En el Colo Colo de Claudio Borghi (Apertura 2006) fueron dupla permanente pese a que el propio "Bichi" pudiera haberse aferrado a su propia historia como jugador (siempre se sintió achatado con la existencia de Diego Maradona y por eso logró menos de lo que debió haber logrado) para haber tomado la ruta de la elección.
Es cierto. Que los dos jueguen juntos demandará algunas determinaciones específicas, en especial en lo referente a la relación de subordinación entre ambos (en el equipo albo, claramente Valdivia era el de las decisiones de construcción), ajustes posiciónales (Fernández derechamente debería ir como mediapunta) y rediagramación total del esquema (los punteros no tendrían su puesto asegurado. Al menos uno tendría que sacrificarse).
Pero igual se puede dar. Valdivia lo exigirá en su momento. Bielsa, seguramente, lo analizará fríamente. Y es que, por estos lados, no estamos como para darnos lujos esquemáticos.
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