domingo, 25 de noviembre de 2007

El mismo Chilito de siempre

Luego de haber conseguido nuestros primeros tres puntos en calidad de local, en la fecha pasada donde le ganamos con clara contundencia a la selección del Perú, y de conseguir un excelente empate frente a Uruguay en el mítico estadio del Centenario, se vuelve a caer en los mismos errores que por años nos viene persiguiendo: la falta de concentración en momentos claves de un partido.
Esto se vio claramente el pasado miércoles cuando nuestra querida Roja enfrentó al seleccionado de Paraguay, que realizando un correcto trabajo táctico y técnico, en donde se notó un estudio acabado por parte de la dirección técnica de Gerardo Martino, supo cómo enfrentar este trascendental encuentro que cerraba la fecha 4 de la Eliminatoria a Sudáfrica 2010.
El planteamiento de juego chileno, como ha sido una tónica en estos encuentros, ha sido inamovible. Se observa claramente el sistema 3-3-1-3 con el que juega Bielsa, poniendo énfasis en el trabajo de los aleros y mediocampistas que transitan por las bandas, con lo cual se busca abrir la cancha para aprovechar la llegada de los jugadores que se mueven por el centro del campo de juego. Con esta forma, Chile llegaba con hasta 6 seleccionados en el área paraguaya como posibles receptores del balón que era enviado por los costados.
Entonces, qué realizó Paraguay para contrarrestar el ataque numeroso de Chile. Muy simple y sencillo; cubrió completamente las bandas del terreno de juego, logrando así cerrar los circuitos que debían formar Droguett y Rubio en el sector izquierdo y Iturra con Suazo en la derecha, con lo cual conseguía dejar naufrago tanto al “Mati” Fernández como al Matador Salas en la delantera chilena. Además lograba que el resto jugadores de la Roja se adelantaran en el campo de juego produciendo los temibles espacios en la retaguardia chilena para que sean aprovechados por sus atacantes.
En varios pasajes, Paraguay logró tener la tenencia del balón y del juego, consiguiendo que el ataque chileno fuera desordenado y sin ideas claras para llegar al arco defendido por el buen portero Justo Villar, que trajo la desesperación en el Conjunto Nacional, como en las 60 mil hinchas que repletaron el Estadio Nacional. La única forma que lograron inquietar a la retaguardia guaraní fue a través de tiros de media distancia de Droguett y de Waldo Ponce que fueron bien controlados por el arquero paraguayo. Ambos intentonas fueron el primer tiempo. Esto es un indicador de cómo jugó la Roja la noche del miércoles.

Los errores te condenan
Los goles en contra se produjeron por errores puntuales en zona defensiva chilena. El primero de ellos se debió a un yerno grosero que cometió el libero Waldo Ponce que dejó botear un balón que fue pivotiado por un atacante paraguayo, despreocupándose que por su espalda es encontraba el delantero Cabañas quien en velocidad le ganó la posición al libero nacional Miguel Riffo, Ante este regalo adelantado de Navidad, sólo le quedó al guaraní tocar suavemente el balón ante le desesperación del arquero Bravo.
Los otros dos goles fueron por errores en la marca y la anticipación. Tiro de esquina servido al punto penal del área chilena donde el central paraguayo Da Silva, quien le ganó en ambos envíos en el salto a los centrales de la Roja, los cuales vieron con impotencia como se clava el balón en el pórtico nacional.
Con esta situación al parecer, Bielsa se olvido que la base del fútbol del Paraguay es su excelente capacidad en el cabezazo tanto defensivo como ofensivo y que saben jugar al contragolpe. No hay que olvidar que en una rápida salida del ataque guaraní que termina en gol, pero que fue mal anulado por un inexistente fuera de juego del delantero paraguayo.
Hay que agregar que los cambios que realizó Marcelo Bielsa no produjeron los efectos deseados en el campo de juego, donde nunca se acomodaron en su posición tanto Jiménez como Villanueva como carrileros por las bandas manteniendo inalterable su esquema. Ambos jugadores en muchas ocasiones centralizaron en demasía su juego, provocando cero sorpresas en el ataque nacional. Esto llevó a que en el segundo tiempo se jugará demasiado mal en comparación a la primera parte, ya que no sé concretó ninguna seria oportunidad de gol.
Así queda esperar el mes de junio del próximo año para volver a ver a Selección Nacional cuando deba viajar a Bolivia y Venezuela para jugar una nueva fecha de las Eliminatorias, por lo cual, queda harto tiempo para trabajar con los seleccionados para corregir los errores infantiles que se cometieron ante los paraguayos y tratar de recuperar los tres puntos perdidos en el Nacional.



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