
Todo el mundo futbolístico chileno esta concentrado y esperanzado en que Chile va a realizar una correcta Eliminatorias Sudamericana, con el objetivo de llevarnos al Mundial de Sudáfrica 2010, y, como se sabe, comenzó este largo camino el pasado sábado 13 donde se enfrentó a la escuadra de Argentina.
Pero, a pesar de esta efervescencia, no hay que dejar pasar la situación en que todavía se encuentran los jugadores de la Sub 20, que consiguieron el tercer lugar de su categoría, y que todavía no pueden cobrar en su totalidad el premio en dinero que habían pactado con anterioridad con las autoridades de la ANFP, a causa de las sanciones pecuniarias que le están aplicando los dirigentes, para cancelar los destrozo y los daños al bus que los transportaba una vez terminada la semifinal con Argentina, cuando se enfrentaron con la policía canadiense.
Todavía quedan varias dudas sobre el actuar que ha tenido la dirigencia de la ANFP, en las acciones que han realizado para dilatar este pago y saber que hechos acontecieron en Canadá, que después de varios meses han salido a la opinión publica y que en su momento se callaron, respetando los famosos códigos del “Secreto de Camarín”.
Las dudas comienzan con la situación que le ocurre al Cuerpo Técnico de la Sub 20, que también fue castigado económicamente por lo que se les está aplicando el mismo descuentos que a los jugadores (aproximadamente 2 millones de pesos), a pesar de que cuando ocurrieron los hechos, ellos estaban en la zona mixta del estadio. ¿No será que están acusando a Sulantay y compañía por no saber controlar de mejor manera a sus jugadores, o de cometer algún acto de indisciplina que desconocemos?.
Si los dirigentes estaban en conocimiento de que ocurrieron ciertos excesos, ¿por qué no fueron aplicadas las sanciones durante el mundial?. ¿Para qué esperar dos meses para saber que varios seleccionados bebieron alcohol durante la concentración y cometieron otros actos de indisciplina?. El entrenador Sulantay aseguró que si le hubieran comentado algo sobre estos incidentes en Canadá, habría mandado de vuelta a Chile a los jugadores involucrados en ellos. ¿No será que todo esto se puso en la palestra noticiosa para no pagarle a los jugadores lo que ganaron por su participación?.
A su vez, los seleccionados de la Sub 20 están incriminando a los dirigentes de la ANFP por dos incidentes que ocurrieron en Canadá, donde se encuentran involucrados personeros de la asociación de fútbol. El primero ocurrió antes del duelo con Argentina, cuando, según los jugadores, el jefe de la delegación, Sergio Zarzar, les ofreció unas entradas a uno de ellos, al igual que a varios compatriotas que se habían quedado sin boletos para asistir a ese partido. El otro hecho se produjo en los días previos a la disputa del tercer lugar, cuando dos dirigentes se reunieron con varios futbolistas, en una pieza del hotel, a compartir unas cervezas. O sea, bebieron con ellos y esta situación fue conocida por casi todo el plantel, por lo cual existía un pacto de silencio que de a poco se esta rompiendo.
Otra duda que aflora es conocer las razones que tuvo la ANFP, para cambiar su opinión sobre los hechos que ocurriendo en el país del norte, ya que en un comienzo defendieron a muerte a los jugadores, incluso Harold Mayne-Nicholls llegó a decir “estoy seguro de que son inocentes”, más encima estuvo presente cuando los jugadores estaban esposados y realizó las gestiones para que la policía no levantará cargos contra ellos. Pero resulta que ahora, después de dos meses, reconoce que las declaraciones de Isaías Peralta, donde reconoce parte de los hechos, lo hizo cambiar de opinión justo en el momento en que deben cancelar los premios. Su reacción deja un manto de duda.
Luego de hacer publica las sanciones a los futbolistas por indisciplinas, la ANFP sigue negándose a cerrar definitivamente el caso, para así lograr conocer realmente lo que ocurrió en Canadá. Me imagino que es un riesgo grande si se llegará a aclarar que las sanciones económicas no tienen nada que ver con los incidentes de la delegación en el bus. Entonces deberá aclararse que tipo de excesos están considerados como indisciplina y que jugadores los cometieron, porque al negarse a esta posibilidad, el manto de duda recae en toda la delegación, desde el cuerpo técnico hasta el futbolista que tuvo poca participación en el mundial.
¿Y qué sanción tuvieron los dirigentes que estuvieron, al igual que los futbolistas, detenidos por la policía canadiense? y ¿qué contiene el informe que elaboraron los abogados que contrató la asociación nacional, para demandar a la policía canadiense? Estas y otras interrogantes tendrá que contestar la ANFP, en el transcurso de los próximos días, para cerrar definitivamente este desgraciado capítulo que esta manchando el excelente tercer lugar conseguido en el Mundial Juvenil de Canadá por nuestra querida “nueva rojaza”.
Pero, a pesar de esta efervescencia, no hay que dejar pasar la situación en que todavía se encuentran los jugadores de la Sub 20, que consiguieron el tercer lugar de su categoría, y que todavía no pueden cobrar en su totalidad el premio en dinero que habían pactado con anterioridad con las autoridades de la ANFP, a causa de las sanciones pecuniarias que le están aplicando los dirigentes, para cancelar los destrozo y los daños al bus que los transportaba una vez terminada la semifinal con Argentina, cuando se enfrentaron con la policía canadiense.
Todavía quedan varias dudas sobre el actuar que ha tenido la dirigencia de la ANFP, en las acciones que han realizado para dilatar este pago y saber que hechos acontecieron en Canadá, que después de varios meses han salido a la opinión publica y que en su momento se callaron, respetando los famosos códigos del “Secreto de Camarín”.
Las dudas comienzan con la situación que le ocurre al Cuerpo Técnico de la Sub 20, que también fue castigado económicamente por lo que se les está aplicando el mismo descuentos que a los jugadores (aproximadamente 2 millones de pesos), a pesar de que cuando ocurrieron los hechos, ellos estaban en la zona mixta del estadio. ¿No será que están acusando a Sulantay y compañía por no saber controlar de mejor manera a sus jugadores, o de cometer algún acto de indisciplina que desconocemos?.
Si los dirigentes estaban en conocimiento de que ocurrieron ciertos excesos, ¿por qué no fueron aplicadas las sanciones durante el mundial?. ¿Para qué esperar dos meses para saber que varios seleccionados bebieron alcohol durante la concentración y cometieron otros actos de indisciplina?. El entrenador Sulantay aseguró que si le hubieran comentado algo sobre estos incidentes en Canadá, habría mandado de vuelta a Chile a los jugadores involucrados en ellos. ¿No será que todo esto se puso en la palestra noticiosa para no pagarle a los jugadores lo que ganaron por su participación?.
A su vez, los seleccionados de la Sub 20 están incriminando a los dirigentes de la ANFP por dos incidentes que ocurrieron en Canadá, donde se encuentran involucrados personeros de la asociación de fútbol. El primero ocurrió antes del duelo con Argentina, cuando, según los jugadores, el jefe de la delegación, Sergio Zarzar, les ofreció unas entradas a uno de ellos, al igual que a varios compatriotas que se habían quedado sin boletos para asistir a ese partido. El otro hecho se produjo en los días previos a la disputa del tercer lugar, cuando dos dirigentes se reunieron con varios futbolistas, en una pieza del hotel, a compartir unas cervezas. O sea, bebieron con ellos y esta situación fue conocida por casi todo el plantel, por lo cual existía un pacto de silencio que de a poco se esta rompiendo.
Otra duda que aflora es conocer las razones que tuvo la ANFP, para cambiar su opinión sobre los hechos que ocurriendo en el país del norte, ya que en un comienzo defendieron a muerte a los jugadores, incluso Harold Mayne-Nicholls llegó a decir “estoy seguro de que son inocentes”, más encima estuvo presente cuando los jugadores estaban esposados y realizó las gestiones para que la policía no levantará cargos contra ellos. Pero resulta que ahora, después de dos meses, reconoce que las declaraciones de Isaías Peralta, donde reconoce parte de los hechos, lo hizo cambiar de opinión justo en el momento en que deben cancelar los premios. Su reacción deja un manto de duda.
Luego de hacer publica las sanciones a los futbolistas por indisciplinas, la ANFP sigue negándose a cerrar definitivamente el caso, para así lograr conocer realmente lo que ocurrió en Canadá. Me imagino que es un riesgo grande si se llegará a aclarar que las sanciones económicas no tienen nada que ver con los incidentes de la delegación en el bus. Entonces deberá aclararse que tipo de excesos están considerados como indisciplina y que jugadores los cometieron, porque al negarse a esta posibilidad, el manto de duda recae en toda la delegación, desde el cuerpo técnico hasta el futbolista que tuvo poca participación en el mundial.
¿Y qué sanción tuvieron los dirigentes que estuvieron, al igual que los futbolistas, detenidos por la policía canadiense? y ¿qué contiene el informe que elaboraron los abogados que contrató la asociación nacional, para demandar a la policía canadiense? Estas y otras interrogantes tendrá que contestar la ANFP, en el transcurso de los próximos días, para cerrar definitivamente este desgraciado capítulo que esta manchando el excelente tercer lugar conseguido en el Mundial Juvenil de Canadá por nuestra querida “nueva rojaza”.
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