sábado, 15 de septiembre de 2007

Comenzó la era Bielsa



Como todos los amantes de nuestra querida Selección Nacional, al mando de Marcelo Bielsa, estoy esperanzado para el vital encuentro con Argentina en Buenos Aires el próximo mes, a partir de los resultados cosechados en Europa. Estos aprontes, le sirvieron a Bielsa para conocer al plantel chileno en el campo de juego y testear como se plasmaban en la cancha los conocimientos que desea transmitir e impregnar a los integrantes de la nueva roja.


“Nueva Roja”.


Más allá de los resultados que se obtuvieron de ambos enfrentamientos, lo importante era saber como se comportaban los futbolistas nacionales con las nuevas forma de ver el fútbol que tiene Bielsa; y si ellos eran capaces de llevar esto a la cancha. Para nosotros, los peloteros de corazón, la misión era observar si había alguna diferencia en la forma de juego que se utilizaba en estos partidos, en comparación con anteriores procesos.
Como todo nuevo ciclo, se notó que los jugadores pusieron su mejor disposición a las instrucciones que le entregaron, tanto en los entrenamientos como en el campo de juego. Se vio una Roja mostrando un sello de juego definido en ambos encuentros. Un patrón que se basó en la búsqueda constante del arco rival, en la solidaridad para correr cuando el balón no estaba en su poder y en marcar a presión cerca de la mitad de la cancha; que da por resultado, un equipo ofensivo, “corto”, directo y que está trabajando su seguridad defensiva.
Hay que dejar en claro que este “sello” se vio mejor plasmado y más evidente en el segundo choque. Que, a pesar de presentar formaciones diferentes en ambos partidos, la idea del estratega se vio mejor plasmada en el enfrentamiento con Austria. Esto se debe a la cohesión que presentó Suiza, en desmedro del repertorio confuso y desordenado del cuadro austríaco.
También queda la sensación en el ambiente fútbolero que el tiempo utilizado en los entrenamientos fue bien aprovechado. El óptimo se cumplió. Ésta era, la única vez, que el entrenador nacional contaría con todos los jugadores que quería observar antes del inicio de las clasificatorias mundialistas, que comienzan el próximo mes de octubre; por lo que era fundamental aprovechar el tiempo de buena manera.
Chile, en ambos partidos, se presentó con dos esquemas distintos; que fueron variando de acuerdo al rival y a las situaciones que se presentaron durante el desarrollo del juego. Frente a Suiza se utilizó un 4-3-3, lo que cambio ante Austria a un 3-4-3, el ideal de estructura que le gusta utilizar a Bielsa. Pero en uno y otro sistema se privilegiaba el fútbol ofensivo en busca del arco rival.
En la línea conceptual de Bielsa se ve claramente la presencia de tres defensores netos en la zaga. Defensa que a juzgar por la mayoría pasó la prueba, sin obviar el sufrimiento que provocaron los atacantes suizos y austriacos, especialmente los primeros; ya que los dos goles que recibió la escuadra chilena en la gira se produjeron al comienzo de ambos tiempos y por serias fallas defensivas. En esta zona se destacó el trabajo de Waldo Ponce como libero y Miguel Riffo con Gary Medel en la función de stopper.
En el sector medio, se subraya el trabajo de los laterales-volantes que se asociaban con los delanteros abiertos, los llamados “winers”. En este ámbito se formaron dos buenas sociedades, la conformada por Gonzalo Fierro y Alexis Sánchez en la derecha y la de Hugo Droguett y Mark González, por el sector izquierdo. Aunque, ésta última dupla, realizó una mejor utilización de su franja y con una correcta alternancia para subir y permanecer en su zona respectiva cumplieron mejor su función.
Por la buena coordinación de los zagueros observada en el partido con Austria, se destaca el trabajo como volante central de Claudio Maldonado. Éste, además, no quedó tan expuesto a los ataques rivales por el trajín que realizó Luis Jiménez en la recuperación del balón; que no siendo su función principal (la de abastecer a los delanteros), permitió recuperar en el menor tiempo la posición de la pelota.
En delantera, los ejes de ataque para esta gira fueron: Humberto Suazo y Marcelo Salas. Ninguno de los dos se destacó en demasía. No estuvieron finos a la hora de finiquitar las oportunidades de gol que se le presentaron. Sin embargo, su labor se en el desmarque, en el crear espacios para sus eventuales compañeros fue bien catalogada por el medio especializado.
La mejor frase que utilizaron los seleccionados nacionales para referirse a este nuevo proceso que se inició en esta gira a Europa fue “este es otro Chile”. Nunca ha sido fácil para la Roja lograr triunfos en el Viejo Mundo y dejar una buena impresión de su juego. La última victoria fue en el año 1998, en los partidos preparatorios al Mundial de fútbol que se jugó en Francia; y es por esto que las conclusiones son satisfactorias.
Ahora queda por saber como llegaremos a nuestro estreno en las clasificatorias. Por los puntos es otra cosa, enfrentaremos a la albiceleste de Alfio Basile en Buenos Aires y el desafío es mayúsculo.
Este preámbulo nos puede dejar algo tranquilos, al menos da para pensar que este equipo llegará al Monumental de River con una estructura, aunque en construcción. Además, con esta experiencia europea y sobre esa base se debe construir un equipo que tenga la jerarquía y los conceptos tantos técnicos como psicológicos que se exigen en las clasificatorias para enfrentar a oponentes que poseen otro corte técnico diferente al del viejo mundo.
Ya, por lo visto, posee abundante información.

1 comentario:

Alfonso dijo...

Sólo resta esperar que Bielsa no caiga en el jueguito de complacer a la mafia de peridistas depeortivos encabezados por Carcuro, Millas y el cambiado Guarello. Por culpa de estos oscuros personajes, el fútbol chileno sigue metido en el pozo.