sábado, 21 de julio de 2007

Se apagó la ilusión de ser campeones

Argentina nos retornó a la realidad de nuestra historia futbolística. Por cuarta vez, caemos derrotados en una semifinal de un mundial.
Jueves 19, son las 19:10hrs. Salgo de mi trabajo apurado, dejando mi oficina desordenada con los lápices encima del escritorio y varios papeles tirados en el suelo. Camino o mejor dicho corro para llegar con tiempo a ver la previa del partido por semifinales de la Rojaza (como lo tildó el colorin Carcuro a la sub 20) que enfrentaba a nuestros queridos vecinos, Argentina.
Ya son las 19:35hrs. Voy en la locomoción colectiva rumbo a la UFSM, en donde nuevamente veré este importante encuentro con mis amigos y colegas, con los cuales estamos muy relacionados con el fútbol (en alguna columna futura sabrán cual es mi cercanía con este deporte). El bus se está demorando mucho, quedan apenas de 10 minutos para que comience el partido, esto se debe a que hay demasiada congestión vehicular en las calles. Todos quieren llegar a tiempo a sus casas o lugares de reunión, para ver este transcendental encuentro, porque no todos los días una selección chilena se esta jugando su opción de llegar a una final mundial.
Las 19:43hrs. Sólo hace un par de minutos he llegado a mi destino. En esta oportunidad, lo veremos en el uno de los auditorios de la UFSM. Pero, mala suerte de chileno, la señal de TVN no es recepcionada en dicha sala por la antena de aire del televisor. Se realiza un rápido cambio de planes de los organizadores y se decide concurrir nuevamente al helado gimnasio de la universidad, donde llega en perfectas condiciones la señal.
Son las 19:45hrs. El partido ha comenzado a la hora fijada. No encuentro un lugar cómodo para sentarme y tener una buena visión del televisor y del juego. Además los nervios que tengo me impiden estar tranquilo. Mis compañeros están ansiosos y expectantes, y lanzan un fuerte ceacheiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!!!!!!, que logra retumbar el gimnasio, pero igual siento que se respira aire a preocupación y de pesimismo. Por fin, encuentro un sitio. Ya mis revoluciones han bajado algo, pero igual sigo ansioso, porque observo con preocupación que Argentina esta llegando con más peligro al arco chileno, defendido por el arquero récord TOSELLI, que lleva 491 minutos invictos, sin recibir ningún gol en contra. VAMOS CHILE, QUE SE PUEDE!!!!
Son las 19:54hrs. Ha ocurrido una desgracia, van recién 12 minutos del primer tiempo y Chile cae por 1-0 y ha recibido su primer gol en el campeonato. Hasta ahí llegó la marca del arquero chileno, 492 minutos sin recibir tantos en su portería, que lo convierte en el nuevo récord mundial. Pero el ánimo sigue bien arriba y aflora un nuevo ceacheiiii!!!!!; todavía queda la esperanza de revertir este resultado adverso. “Es el momento de que aflore la garra y la inteligencia de nuestro pueblo mapuche”, me dice mi vecino de asiento.
Han pasado 16 minutos y el árbitro decide expulsar a un jugador chileno que lanza un pelotazo a un argentino que se encuentra en el suelo, luego de que esté lo golpeará con el pie en la disputa del balón. Con esta reacción estúpida, me empiezo a dar cuenta, poco a poco, que todavía nos falta mucho para estar algún día en el gran concierto mundial del fútbol. Porque era evidente que los argentinos iban a comenzar a tratar de lograr ventajas extrafútbolisticas, porque sabían que estaban en igualdad de condiciones.
El partido esta en sus últimos minutos del primer tiempo y la cosa se ve color de hormiga, porque no se ve por donde se pueda lograr el ansiado empate. Mis compañeros empiezan a levantarse de sus asientos para ir a fumarse su cigarro, con el motivo de así pasar la rabia de ver como por cuarta vez una selección de fútbol se está pierde la oportunidad de disputar una final mundial, o simplemente a conversar o reflexionar sobre la vida.
Ya son las 20:33 hrs, y el partido ha concluido en su primera mitad. Me voy a charlar con mi amigo y colega Pablo sobre el encuentro y llegamos a la conclusión de que Argentina, fue más inteligente que nosotros, porque lograron el objetivo que buscaban: jugar con la ansiedad de los jugadores chilenos que no están acostumbrado a estar disputando una semifinales de un campeonato mundial, y a través de esto conseguir que nuestros jugadores se enojen y se ofusquen, para así lograr que se hagan expulsar tontamente, como ocurrió en esta oportunidad con Gary Medel. Ellos sabían que nosotros somos débiles de mente y no tenemos muy desarrollado el concepto que Goleman denomina “Inteligencia Emocional”, ya que nos cuesta en demasía mantenernos concentrado en el objetivo o la meta que queremos lograr, porque ante cualquier dificultad que se nos presenta, flaqueamos, nos bloqueamos y nos enfrascamos en discusiones tontas con el rival o con el árbitro. Esto no sólo se ve en el fútbol, sino que está presente en la mayoría de los deportes donde nuestras compatriotas compiten, porque siempre cuando estamos a punto de lograr una importante victoria se produce algún problema que nos impide llegar a cumplirla, o sea, en buen chileno “en la puerta del horno se nos quema el pan”.
Son las 20:48hrs, está que comienza el segundo tiempo. Todavía la esperanza no se pierde y hay fe en que estos chicos van a poder dar vuelta este partido y la famosa historia, que siempre nos recuerda que sólo tres veces le hemos ganado a los argentinos. Aparece un nuevo ceachiiiiiiiiii!!!!!!, pero esta vez, no es con tanta convicción y fuerza, algunos compañeros no gritan, se quedan callados, sólo atinan a mirar a los que seguimos alentando.
Llevamos 15 minutos y no pasa nada de nada, Chile no ha podido acercarse con peligro al arco del cuadro argentino, se observa un equipo ingenuo, inocente y sin ideas. Se respira la sensación de frustración y derrota en los rostros de mis compañeros.
Miro mi reloj, ya van 20 minutos, y en ese mismo instante se produce la segunda estocada en el pórtico chileno y lo cosa sé esta poniendo color de hormiga. Abajo por 2 a 0, con un jugador menos y justo cuando Chile había tenido sus oportunidades de empatar el encuentro. Ahora sí que los ánimos se fueron al tacho de la basura y empiezan a aparecer con muchas fuerzas las quejas contra del cometido de los jugadores chilenos y sobre todo contra el árbitro alemán, Wolfgang Stark, que esta realizando un mediocre arbitraje, dejando pegar en demasía a los argentinos, siendo muy estricto con los chilenos y no sancionando de la mis manera las infracciones que cometen ambos cuadros.
Mi ánimo esta por suelo, sin ganas de seguir viendo el encuentro, por lo cual decido pararme de mi asiento y ver el resto de pie, porque el frío que hay en el gimnasio es para congelarse. El resto de historia de este partido, ustedes ya la conocen, nos expulsan a otro jugador chileno (Currimilla) y finalizando el encuentro nos convierten otro gol, dejando el marcador definitivo de 3 a 0 a favor de los argentinos.
Terminó. Ya son las 21:30hrs y no tengo ganas de conversar con nadie, sólo quiero irme a ver a mi polola, para distraerme y sacarme esta rabia que tengo atragantada, maldecir la pobre historia que tenemos en este hermoso deporte llamado Fútbol y quedarme con la sensación de que esta vez no era la ocasión de ser finalista de un mundial. Pero, a pesar de todo, la ilusión todavía la tengo y espero que algún día pueda gritar con toda las fuerza y energía que ¡¡¡ CHILE, CAMPEÓN MUNDIAL!!!.

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